Virgilio Caballero, una vida quijotesca en el
periodismo
Por Abraham
Gorostieta
Virgilio
Caballero es un periodista que ha cumplido poco más de setenta años, de los
cuales 63 ha estado frente, cerca o atrás del quehacer periodístico. Maestro de
por lo menos 35 generaciones de periodistas es considerado como un referente en la historia del periodismo nacional. En otras
entrevistas ha dejado en claro sus convicciones y principios: “mis padres me
enseñaron a ser una persona limpia y honorable”, ha dicho una y otra vez.
“A mis 70 años me siento en plenitud”, dice el veterano periodista
y en verdad se le cree. Fundador de medios públicos de radio y televisión, de
medios privados, de agencias de noticias, ha sido director, reportero, redactor
y editor, y pronto aclara: “No tenemos nada mas que la voluntad de ser nuevos
periodistas, más que la voluntad de servir a la sociedad”.
El maestro Trejo Delarbre opina sobre el periodista: “Virgilio
Caballero ha tenido presencia muy notable en Canal Once, en sistemas de
radiodifusión estatales, en oficinas de comunicación, en diarios y revistas. Es
un periodista comprometido con su trabajo, con su público y con una
comunicación al servicio de la sociedad. Esa perseverancia le ha merecido el
aprecio de numerosos colegas suyos”.
Ahora
el trabajo de don Virgilio se transmite en el canal universitario en un
programa que se titula Revelaciones, que es coproducido por el estado de
Guerrero. Es un programa que rescata las historias de periodistas que deciden
correr el riesgo de informar, de evidenciar la corrupción, de exhibir a
políticos y empresarios. Esta actitud, meramente profesional, ha costado a
muchos periodistas su tranquilidad, su economía, su empleo, el exilio e
incluso, la vida. El programa recupera la memoria y documenta, a través del trabajo
de los periodistas invitados, la impunidad con la que algunos políticos ejercen
el poder.
Y nací sobre tu suelo, y me críe sobre tus playas…
Su hablar es
pausado, lento y en voz baja acaricia las palabras. No tiene el acento de su
tierra natal, Tamaulipas. Nace en el puerto de Tampico. Este estado tiene una
historia muy particular, en un principio, en 1550 D. de C., Tampico no era más
que una pequeña aldea indígena que fue aumentando su población durante la
Conquista española. En 1683 el puerto fue casi destruido por el pirata
Lorencille quien al mando de una escuadra de piratas franceses invadió y saqueó
a la población. Casi 150 años después la ciudad fue reconstruida por las
órdenes del general Santa Anna pero el desarrollo real de la ciudad comenzó en
1883 con la construcción del ferrocarril y el descubrimiento de los yacimientos
petrolíferos en el Golfo de México que fueron explotados por las compañías
norteamericanas y durante la Revolución Mexicana el puerto fue ocupado por las
tropas de Estados Unidos, que partieron del lugar en 1938, fecha de la
nacionalización petrolera decretada en el gobierno de Lázaro Cárdenas.
Cuatro
años después, nace Virgilio Dante Caballero Pedraza, un 24 de febrero de 1942,
justo cuando sucede la Segunda Guerra Mundial y dos años después su familia
emigra a la Ciudad de México. El periodista recuerda:
Llegamos
a la Ciudad de México en 1944. De Tampico a México, mis padres llegaron con
ocho hijos. En Tampico se pusieron las cosas muy difíciles para ellos. Mi padre
se dedicaba a administrar una arena de Lucha Libre propiedad de su hermano. Ahí
iba El Santo, Blue Demon y El Bulldog a
luchar. La esposa de mi tío era quien manejaba las finanzas de la empresa. Las
cosas se pusieron difíciles por asuntos familiares y es entonces que mi padre
decide emigrar a la Ciudad de México.
Su padre, don
Enrique Caballero Romo, “un caballero de tiempo completo, hombre honesto”,
rememora don Virgilio, pronto se hizo de un trabajo y así comenzó a escribir su
propia biografía. Justo en la época en que los grandes
muralistas Rivera, Siqueiros y Orozco repartían su arte en todo edificio
público de la capital. En el cine triunfaban las “exóticas” como se les llamaba
a las bailarinas que mostraban el ombligo, como la escultural Tongolele. Pero más
aún, las películas de “rumberas y cabareteras” se consumían por montones;
melodramones que había que verlos con docenas de pañuelos.
Pedro Infante ya era figura nacional y recién se estrenaba Nosotros los pobres y Germán Valdés Tin Tan era el cómico estrella que
desbancaba un poco a Cantinflas. Pero
lo que pegaba en esas fechas era el mambo. En esos años aparece el dotadísimo
escritor mexicano Juan José Arreola con Varia
invención y José Revueltas publicaba Los
días terrenales.
El
periodista recuerda nuevamente a su padre:
Mi
padre al llegar a la Ciudad de México se dedicó toda su vida a ser policía
civil. También perteneció al servicio secreto, no de la DFS. Había dos
entidades: el servicio secreto de la Jefatura de Policía de la Ciudad de México
y la DFS de Gobernación. Yo he dicho que ser un hombre honesto entre gente
honesta no es ningún mérito. Pero ser gente honesta entre truhanes y rufianes
no solamente es un acto de vida verdaderamente muy difícil sino también un
ejemplo. A mi padre le tocaron las épocas malas de la policía y desde luego la
época de Alfonso Durazo. Mi padre era mal visto entre sus pares. Lo marginaron
toda su vida. Pero esa honestidad sin en cambio lo hizo brillar toda su vida
como persona y como padre, fue un ejemplo.
Dice el premio
Nobel de Literatura, John Maxwell Coeetze que los libros marcan a una persona
durante toda su vida. Así le sucedió a don Enrique Caballero, quien leía mucha
literatura clásica griega, es por eso que a sus hijos los llamó así: Virgilio
Dante; Homero Ovidio; Aulio Arquimides, por citar algunos. El septagenario
periodista recuerda que a los 11 años de edad inicia sus propias lecturas.
Trabajaba en un negocio de venta y arreglos mecánicos a tractores y autos para
el campo, ahí era el mensajero de los mecánicos. Cuenta el periodista: “Ahí los
trabajadores se reunían y tenían una especie de club en un departamentito en el
que jugaban domino, ajedrez, cartas. También tenían una biblioteca pequeña que
cuando se deshizo el club y dejaron el departamento me la heredaron. Constaba
de dos libreros. Así que a la edad de 14 años tenía mi primera biblioteca”.
Baby boomers es como los
historiadores clasifican a las generaciones que nacen durante las guerras. Virgilio
Caballero estudia en la Escuela Nacional de Maestros, la Normal, en el tiempo en
que los profesores eran varios de los legendarios estridentistas como Arqueles Vela y Germán List Arzubide. Él y sus diez
hermanos se recibieron de maestros, recuerda el periodista: “Mi madre se encargó
de convencernos a los que no queríamos serlo, que bueno que lo hizo porque ser
maestro es una profesión bellísima”.
Y
la voz de Virgilio se hace más suave al recordar a su madre: “Mi madre estudió
hasta cuarto año de primaria en el poblado de Oro México de dónde es ella. Se
conoció con mi padre en Tampico. Mi madre es hija de una guerrillera de Pancho
Villa”, dice orgulloso de su pasado.
En
1960 México era gobernado por su folclórico presidente Adolfo López Mateos, que
para complacer a la derecha reprimió fuertemente a la izquierda, sobre todo a
los obreros y ferrocarrileros e hizo encarcelar a David Alfaro Siqueiros, a
Filomeno Mata hijo y al líder sindical Demetrio Vallejo, además que le gustaba
echarse sus arrancones en su auto deportivo y le fascinaba viajar, cosa que
hizo por toda América Latina, el Caribe, Europa, la India, Japón, Filipinas y
Egipto. A tal grado que se le empezó a decir López Paseos. Pero México era
otro, se vivía a escala nacional la campaña “Cristianismo sí, Comunismo no”.
Es
en esta época en que el maestro Virgilio Caballero se recibe de profesor y
comienza a dar clases teniendo apenas 16 años de edad. El sindicato magisterial
estaba en pugna interna, por un lado estaba el líder magisterial Othón Salazar
y por el otro Carlos Jonguitud. El periodista enfatiza: “A mí no me intereso
pertenecer a ningún grupo sindical”.
Prolífico desde pequeño, lo fue de joven. Estudiaba
la preparatoria y la normal al mismo tiempo. En la mañana una y en la tarde la
otra. Tenía también un programa de radio de 7 a 8 am, de lunes a viernes. Don
Virgilio confiesa:
A
los 7 años de edad tuve un programa de radio. Recién llegados de Tampico mi
madre escuchó en la radio que la estación XEB buscaba a un niño y una niña para
hacer un programa de radio de niños para niños. Me tomó de la mano y me llevó –nos
perdimos porque mi madre no conocía la ciudad, en lugar de ir a la calle de
Buen Tono número 6, donde estaba la XEB, fuimos a dar a la calle de Buen Tono
pero en la colonia Industrial-. Cuando llegamos a la XEB pues ya habían pasado
muchísimos niños a hacer su prueba. Al final llegamos una niña, Hilda Carmona, y
yo. Nosotros dos nos quedamos y ese mismo día nos dieron la noticia. Entró a trabajar a la radio a los 7 años y ya
más no salí.
El programa se hacia
todos los días, se llamaba –primero- La
Legión del amanecer y después La
patrulla juvenil. Fue un programa que duro 11 años. “Alguna vez le pregunte
a mi madre porque me tomó a mí de la mano y me llevó al programa. Y me dijo que
‘No sé, a mí me pareció que tú servías para eso’. Y con esa frase fue más que
suficiente y determinó mi vida”, narra el periodista.
Durante
la década de los sesenta el joven Virgilio, además de dar clases como maestro,
estudia en la UAM Xochimilco la carrera de Antropología y luego Comunicación. “Soy
Antropólogo Etnólogo”, dice orgulloso don Virgilio, quien antes de estudiar
antropología estudió Derecho durante tres años, “mi familia quería que fuera
abogado”, cuenta el antropólogo. También estudia la carrera de comunicación, “prácticamente
no existía –aclara el veterano periodista-, como muchos periodistas hacíamos el
periodismo en la práctica. No había donde estudiarlo pero tampoco parecía
necesario estudiarlo, el periodista se hacia en el oficio”.
En
1969 es contratado por la agencia internacional de noticias Inter Press Service
para fundar junto con otros dos compañeros la oficina en México de esa agencia.
“Hacíamos periodismo de corte internacional y de investigación nacional”,
rememora don Virgilio.
Virgilio, el periodista
¿Qué es el periodismo, oficio o profesión?
Es un amor. Amor
a los demás reflejado en un oficio que tiene que ver con la capacidad de
compartir lo que se sabe, lo que se investiga, lo que se piensa. Tiene que ver
con la necesidad de investigar la vida y relacionar los hechos entre sí, para
poder explicar cotidianamente lo que ocurre en un país o en una circunstancia
determinada y tener la capacidad de compartirlo con los demás.
El
periodismo es una materia que tiene que ver con la investigación social.
Desafortunadamente en México no se practica un buen periodismo porque no se
hace investigación. Es rarísima la ocasión en que los medios escritos y no
digamos los electrónicos llevan a cabo investigación. El periodismo de México,
en términos generales, casi absolutamente, casi, es vocero de los que detentan
el poder. Hay demasiada declaracionitis. El periodismo mexicano se hace con
boletines y declaraciones.
Usted ha expresado que el periodismo mexicano ha
estado cerca, muy cerca del poder. Pero eso ha sucedido siempre, desde la época
colonial, el periodismo mexicano no puede desligarse del poder…
En el caso de la
televisión es el poder incluso, ya no acompaña al poder, ya no lo auxilia, la
televisión esta convertida en El Poder. Televisa y Tv Azteca gobiernan sobre
los tres poderes legales del país. Hay demasiados episodios que así lo
demuestran.
Los
periódicos, los medios siempre acompañaron al poder desde la Colonia, pero en
estos tiempos los medios si son un poder real. Desde la Independencia a
nuestros tiempos no ha existido un periodismo que exprese a la sociedad, que le
de voz. Los episodios en que participan personajes sobresalientes y
extraordinarios como Ignacio Manuel Altamirano, Francisco Zarco, Guillermo
Prieto o los hermanos Flores Magón o Manuel Buendía o Miguel Ángel Granados
Chapa son las excepciones de un comportamiento que tienen que ver más con el
ejercicio abyecto del poder que con la necesidad de comunicar.
Oiga, pero también hay un mal ejercicio del
periodismo de parte de quienes lo ejercen, empezando por quienes lo estudian: mala
redacción, pésima ortografía, poca capacidad para investigar…
Es que hay una
mala formación, una pésima ética, una ausencia de valores que tengan que ver
con el oficio, búsqueda del acomodo personal, aprovechamiento de la relación
con el poder para medrar. Hay muchos que se han hecho de muy buenos centavos,
que digo centavos se han hecho millonarios con el periodismo.
Esa
ha sido la práctica de la historia del periodismo mexicano, en términos
generales, y si lo analizamos bien, ahí podemos encontrar la explicación de lo
que sucede actualmente. Los medios no son corresponsables sino responsables de
lo que en buena medida sucede en el país. Y en los últimos 40 años la
televisión de manera sobresaliente.
¿Por qué considera que la Libertad de expresión es
una utopía?
La libertad de
expresión es una utopía porque es un ideal. Es difícil ejercerla aunque esta
fundamentada en un precepto constitucional como ocurre con otras leyes que
tienen que ver con el ejercicio personal del Derecho. La libertad de expresión
no se puede ejercer a plenitud cuando esta uno en un medio de comunicación
porque la realidad política es generalmente opresiva contra esa libertad pero
aún en las peores condiciones de opresión siempre hay salidas, resquicios,
rendijas por las que se puede colar el periodista que tenga dignidad e ideales.
El
periodista tiene que reportear, investigar, ese es su trabajo, con eso gana
para sí, aunque lo censuren. Él tiene que hacer su trabajo lo mejor posible.
Así transforma su entorno inmediato, si lo censuran, el tiene su trabajo y eso
lo irá formando.
Una vida en los medios públicos
Durante el gobierno de Luis Echeverría los
“cambios” que el candidato prometió se hicieron presentes: La situación en
Petróleos Mexicanos era precaria y el gobierno importaba muchos barriles para
satisfacer las necesidades internas. Pablo González Casanova escribe en su
libro México Hoy, que durante este
periodo se había logrado la dinamización de los sectores productivos mediante
la estatización de la industria eléctrica y petroquímica, el flujo del capital
extranjero, el fomento al turismo y el control de los trabajadores, pero, ya
había una estructura oligopólica debida a la mayor concentración del ingreso y
de la propiedad de los medios de producción. La economía era absorbida por muy
pocos y éstos obtenían súper ganancias mediante salarios siempre bajos e
insuficientes. El sector agrícola había generado divisas, materias primas y
mano de obra barata pero la injusticia en el campo era dolorosa.
En 1970 Virgilio
Caballero es contratado por la Agencia de Noticias Mexicanas, Notimex, que se
crea en 1968 para ser la generadora de noticias durante los juegos olímpicos
celebrados en México. Al ser creada la Subsecretaría de Radiodifusión de la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes el 2 de diciembre de 1970, Horacio
Estavillo Laguna es nombrado director de Notimex.
En Notimex, don Virgilio
es Jefe de Redacción durante cuatro años bajo la dirección de Horacio Estavillo
Laguna y después de Rolando Ortega Calderón. En un principio, Notimex brindaba
servicio noticioso exclusivamente en territorio nacional, especialmente a la
televisión mexicana, en la que cubrió durante cuatro años más del sesenta por
ciento de los contenidos de los programas noticiosos de Telesistema Mexicano,
ahora Televisa.
Pero
Echeverría, al final de su sexenio, se peleó con todo mundo. Con los
empresarios, en especial con el asesinato del empresario regiomontano Garza
Sada, entonces se da su ruptura con el poderoso grupo Monterrey y por lo tanto
con Televisa, Se pelea con Julio Scherer y su grupo. Se distancia del sector
obrero. Y hasta de su propio partido, el PRI.
Eran años de
efervescencia periodística. En 1976, Virgilio Caballero, crea, dirige y conduce
Del Hecho al Dicho, primer programa
de análisis y debate político en la Televisión Nacional, en donde tiene una
participación semanal el periodista Manuel Buendía. En 1977, don Virgilio entra
como Director General de Noticieros de Canal 11, y ahí crea y dirige el
noticiero Enlace, competencia al de
Jacobo Zabludowsky, 24 horas. En
canal Once permanece tres años.
En 1980, crea, dirige y
conduce Onda Política, primer
programa de análisis y debate político en la radio pública. En ese mismo año
emigra entonces a otro canal público, el 13 de Imevisión donde es Director
General de Noticieros, ahí concibe el programa Frente a los hechos, donde es el conductor. Virgilio recuerda esos
años:
Trabajo
en Imevisión, en la época de López Portillo, de De la Madrid y de Salinas. Me
toca formar a Javier Solórzano y luego, después llega Carmen Aristegüi, que es
parte del mismo proceso.
También en Imevisión, Virgilio Caballero idea y
conduce el noticiero Día con día. Nuevamente
el periodista rememora:
Joaquín
López Dóriga entró a Imevisión cuando yo salí de la dirección de noticieros de
Canal 13. Yo había hecho un programa de televisión que se llamaba Día con día, era el noticiero principal
que se transmitía en las noches. Es entonces que entra López Dóriga y hace un
noticiero tránsfuga, falso. A Joaquín Televisa lo envía al Canal 13 para
viralizar (sic), para enfermar a la televisión pública. Ahí, López Dóriga hizo
un noticiero que llamó Día a día.
Y sentencia:
La
privatización de Imevisión vino después de ese contagio que Televisa provocó
desde adentro. Metió a gentes como López Dóriga, a Pedro Ferriz Santacruz, y
otros. Así se preparó lo que venía, la privatización de un canal público.
En Imevisión el
periodista es creador y conductor de los programas y series televisivas La
otra frontera; Fronteras; Chicanos; Mexicanos de allá; y Punto de
encuentro.
En
1982, Virgilio Caballero funda
Radio Televisión del Estado de Sonora, durante el mandato del gobernador Samuel
Ocaña García. En 1983, también concibe y funda el Sistema Quintanarroense de
Radio y Televisión, siendo director general por cinco años, durante el mandato
del gobernador Pedro Joaquín Coldwell. El veterano periodista explica:
Fundo
el Sistema de radio y televisión de Sonora, de Quintana Roo y de Oaxaca. Soy un
creador de medios públicos. He desarrollado mi carrera profesional en los
medios públicos. Ahí he hecho el 95 por ciento de mi vida como periodista.
Estoy absolutamente convencido que los medios públicos son una alternativa para
enfrentar el poder casi absoluto de los medios mercantiles. Me parece que el
medio público por excelencia debería de ser democrático. En los medios que me
ha tocado fundar, esa ha sido la pelea, hacerlos que funcionen en servicio de
la sociedad y no de los gobiernos que los marginan. El poder de los
gobernadores es un poder tiránico absoluto pero se puede hacer periodismo
haciéndose respetar.
Durante el mandato del gobernador oaxaqueño
Heladio Ramírez López, don Virgilio funda y crea el Instituto Oaxaqueño de
Radio y Televisión, en donde es director de 1988 a 1992. Pero la tarea no
resultaba sencilla pues había muchas carencias, el periodista reconoce: “En los estados
dónde me tocó fundar radio y televisión pública lo primero que había que hacer
era capacitar a nuestro personal. En Oaxaca o Quintana Roo no había escuelas de
comunicación. En ese ejercicio de formación de comunicadores siempre fuimos muy
estrictos. Veíamos las necesidades del entorno social inmediato. No había
modelo que seguir, había que inventarlo, idearlo. Cuenta el periodista:
Pudimos
hacer que la televisión pública y la radio pública de Quintana Roo se hiciera
en dos lenguas, igual en Oaxaca, solo que en 17 idiomas. Todo esto con el
terror de los caciques y gobernadores que veían su poder amenazado, un insulto
a su poder: ¿indígenas en la pantalla, hablando sus lenguas y mostrando su
vida, sus ocupaciones, sus preocupaciones? Era un insulto. Lo pagamos con
atentados muy fuertes. Fueron cuatro atentados en Oaxaca, de muerte.
Y enseguida enfatiza:
Los
medios públicos son de Estado y por lo tanto son de la sociedad, no del
gobierno. Es absurdo confundir Estado con Gobierno y que cuando se hable de
medios públicos, porque los gobiernos los subsidien obligatoriamente, se
confunda que los medios deban de servir a los gobiernos o gobernadores y no a
la sociedad. Y esta confusión es deliberada. La patrocinan los propios
gobernantes y los empleados de gobierno que manejan los medios públicos; ellos
cumplen tranquila y felizmente la función de agoreros y repetidores de las
canalladas y las grillas de los gobiernos.
Esto no puede ser. La Reforma que acabamos de pasar
ya puso una clausula al artículo 10 de la Constitución donde se establece que
los medios públicos están obligados a tener independencia editorial, autonomía
de gestión, capacidad de buscar sus propios recursos para su propio
financiamiento, transparencia y facultad para formar sus propios equipos de
trabajo.
Virgilio Caballero es también Co-Fundador y
planeador por parte de la UNESCO, de la primera televisora regional de Cuba, la
Televisión Serrana, en la Sierra Maestra, Provincia
Granma.
Otra vida en los medios privados
¿Cuál es su opinión personal y profesional sobre el
empresario Ricardo Salinas Pliego?
Mi opinión
personal de Ricardo Salinas Pliego es que es un hombre sin escrúpulos. La
competencia que se dice que creo con Televisa fue una ficción. Imevisión privatizada
se dedicó a repetir los esquemas de dominación y dizque entretenimiento que en
realidad es estupidización de la colectividad.
Además
demostró que puede ir mucho más allá: tomó por asalto el Canal 40. Cuando lo
hizo nos enteramos de que los dueños de televisoras tienen cuerpos
paramilitares que pueden emplear cuando crean necesario y no hay autoridad que
lo limite. Se robó una señal y no pasa nada. Fue televisado ese robo y no paso
nada.
Él
era el accionista del 5 por ciento de las acciones del Canal 40. Yo fui
cofundador de ese canal y trabajé ahí dos años y medio. Con ese 5 por ciento se
sintió con derecho para apropiarse del canal y lo hizo y las autoridades
simplemente respondieron: “¿Y yo por qué?”
Entonces ¿Cuál es su opinión personal y profesional
sobre el empresario Rafael Moreno Valle?
Rafael Moreno
Valle fue un verdadero precursor en los medios privados. Un tipo con una
dignidad y una decencia incomparables. Esta actitud le costó incluso tener que
abandonar el país, perseguido por unas deudas con la Secretaría de Hacienda,
incluso en Estados Unidos. Estuvieron impidiendo durante años que él pudiera
conseguir la residencia en Estados Unidos. Ya la consiguió. Yo lo conozco
cuando el canal estaba por fundarse. Ya había habido dos intentos de fundarlo
que se frustraron. Me invita junto con otros periodistas y sacamos al aire al
Canal 40.
La irrupción de esta señal renueva la manera de ver
a los noticiarios y a los programas de contenidos noticiosos. ¿De quién es la
visión de dar frescura e innovación a los noticieros en Canal 40?
Fundamentalmente
de Moreno Valle. De su inquietud. Él quería hacer un periodismo distinto,
crítico, independiente y que pudiera servir a la gente. Hubo periodistas que no
lo entendieron, por eso se frustró dos veces la salida al aire del canal. Los
que nos identificamos con esta idea fuimos acercándonos a Javier y sacamos el
Canal.
Los
planteamientos políticos de fondo y la inquietud periodística se deben a
Javier. Me salí del 40 cuando Javier se asoció a Ricardo Salinas Pliego. Yo vi
venir todo desde antes. Además no quería trabajar para un hampón como Ricardo
Salinas. Así se lo dije al responsable de la Coordinación de la Información,
Ciro Gómez Leyva, quien nos informó una tarde que el Canal 40 se iba a asociar
con Tv Azteca y yo pregunté: ¿Y ahora a nombre de quién pido entrevistas, de
Canal 40 o de Tv Azteca? Me parece una conducta provocadora, dijo Ciro. Sí es a
nombre de Salinas Pliego mejor me retiro ahora mismo. Y me fui.
El programa de Realidades fue innovador en la forma
en la que presentaba sus contenidos, las entrevistas duras y frontales. La
contextualización de la noticia. ¿A quién se le ocurrió?
Realidades es un concepto que se me ocurre a mí.
Era un programa que se transmitía tres veces por semana y los conductores eran
Denise Maerker, Denise Dresser y yo. Cada uno un día. Y gracias a Moreno Valle
teníamos esa apertura. Fue un equipo que logró aglutinar en torno a su figura:
Ciro Gómez Leyva, Raymundo Riva Palacio, Jorge Fernández Menéndez, un equipo
importante que lo tuvieron que reprimir o silenciar de la peor manera. Hicimos
televisión pública, eso me queda claro a mí.
Hablando de empresarios, ¿me podría dar su opinión
sobre la familia Azcárraga?
Mi opinión sobre
la familia Azcarraga tiene que ver con el desarrollo de una subcultura política
impuesta por el priísmo. Esta subcultura es de anulación de la voluntad popular
en los hechos y de vivir con un doble discurso político, social y
“democrático”.
Ellos
han formado a cuatro generaciones de mexicanos de acuerdo con los desvalores de
Televisa. Una gran mayoría de mexicanos viven, comen, aman, lavan, duermen,
piensan, consumen, creen, sueñan, prejuician, discriminan, golpean como
Televisa se los ha dicho. La verdadera institución educativa-social en México
es Televisa, no la SEP. La Televisión es incisiva y tremenda en su capacidad de
control, aunque, también de liberación, ojo eh, la Televisión puede ser un gran
medio de comunicación con la sociedad, un gran medio de difusión cultural,
política y educativa.
De regreso a las pantallas públicas
Como periodista
en Canal 40, Virgilio Caballero cubría la fuente en el Congreso de la Unión. Es
en esos años donde empieza a fraguarse la creación del Canal del Congreso, el
periodista recuerda: “Había habido una experiencia muy interesante, el poder
legislativo se acercó a Rafael Moreno Valle para que empezáramos a transmitir
sesiones completas de la Cámara de Diputados y a mí me comisionó el Canal 40. Me
aceptaron con gusto en el Congreso y ese fue de hecho un ensayo de lo que iba a
hacer el canal legislativo”. La vida en México tomaba un nuevo rumbo: la
alternancia en el poder. Vicente Fox era un carismático candidato que se
perfilaba como el victorioso presidente electo. Y como nunca, en el Congreso de
la Unión la vida era demasiado activa, ágil, movida. Rafael Moreno Valle y Ciro
Gómez Leyva vieron la necesidad de tener un reportero que transmitiera desde el
Congreso. Don Virgilio recuerda:
Armamos
un estudio en un balcón de la Cámara. Ahí transmitía las sesiones e invitaba a
diputados a conversar. Ese fue el prólogo del Canal del Congreso. Luego me
hicieron una invitación formal para que fundara y planeara el canal, todo esto
en 1999. La invitación vino de la Comisión de Radio y Televisión que la
presidía el diputado Javier Corral y de la cual era secretario Marcelo Ebrard.
Así, en el año 2000, Virgilio Caballero pone al
aire y dirige el Canal del Congreso de México durante cuatro años. En estos
años la relación laboral no fue armoniosa, por decir lo menos. Durante dos años
Virgilio
Caballero, fue acosado sistemáticamente por legisladores del PAN y del PRI que recurrentemente
lo daban por renunciado, bajo argumentos que iban desde malos manejos en los
recursos económicos y hasta proclividad a dar más voz al PRD y al PT, o haber
transmitido, sin cortes, la toma violenta del Palacio Legislativo de San Lázaro
en 2003.
Al
final, la presidenta de la Cámara, Beatriz Paredes, comunicaba su decisión de
despedir a l periodista pues “se le perdió la confianza”. Todo un escándalo se armó. La historia la
rescata el doctor Raúl Trejo Delarbre en su muy leída columna en el diario La Crónica:
… los diputados
conocieron la separación de Virgilio Caballero de la dirección del Canal del
Congreso.
… A Virgilio
Caballero, la diputada Paredes lo quiso destituir después de un prolongado
litigio que ella misma había alentado cuando comprobó que el director del Canal
del Congreso actuaba, con pleno profesionalismo, sin atender a instrucciones de
carácter partidario. Durante varios meses ese periodista, cuya trayectoria
demuestra una honestidad y una eficacia a toda prueba, se encargó de construir
una estación televisora al servicio de la sociedad. Ubicado al margen de
banderías políticas y sin caer en las pequeñas maquinaciones burocráticas de
los grupos de interés que deseaban presionarlo, Caballero le dio al Canal el
prestigio que ahora tiene entre quienes se interesan por los asuntos públicos
en nuestro país.
… La prueba más
importante para el profesionalismo del Canal ocurrió hace una semana, el martes
10, cuando una turba de miembros de El Barzón y otra más de profesores
disidentes asaltaron el Palacio Legislativo. El Canal, que estaba transmitiendo
la sesión en la Cámara de Diputados, mantuvo abierta la señal y sus televidentes
pudieron constatar la grosera agresión que se perpetraba contra el Poder
Legislativo.
… Aquella
transmisión ha sido celebrada por numerosos comunicadores. La oportunidad, la
seriedad e incluso la valentía con que conductores y camarógrafos del Canal
ofrecieron en directo las imágenes de la agresión al Palacio Legislativo,
constituye el mejor documento de esas horas difíciles. Junto con tales escenas,
el Canal mostraba opiniones de diputados de diversas fracciones que condenaban
el amago del que estaban siendo víctimas.
… En medio del
desconcierto de aquel día dentro del salón de sesiones se propagó la versión de
que el Canal estaba difundiendo comentarios adversos a los diputados, o de que
solo presentaba opiniones de una fracción parlamentaria. Esa especie la
esparció, entre otros, la diputada priista Lorena Beaurregard. Todavía con los
agresores a las puertas de la Cámara el coordinador de los diputados del PAN,
Felipe Calderón, exigía a gritos a Caballero y acompañando esta frase de
expresiones soeces: “¡que ya le pare, que defienda a la Cámara!”.
… El director
del Canal no suspendió la transmisión a pesar de las insistencias de varios
legisladores. Entendió que su obligación no era complacer los afanes censores
de los diputados sino dar a conocer lo que estaba sucediendo en San Lázaro.
… Quienes vimos
esa transmisión en vivo, pudimos constatar que los conductores entrevistaban a
diputados de todos los partidos. Así que es completamente falsa la versión de
que el Canal “censuró a los diputados de distintas fracciones parlamentarias”
que la diputada Beaurregard reiteró la madrugada del lunes en la Cámara.
Tampoco se sostiene la acusación de la diputada panista Heidi Storsberg, de la
Comisión Bicameral del Canal, quien aseguró que Caballero había abandonado su
empleo.
… Es curioso –y
patético–: en vez de enfrentar a los agresores que asaltaron su recinto, muchos
diputados prefirieron desquitarse con el director del Canal que no hizo mas que
cumplir con su deber.
… La separación
de Virgilio Caballero de esa responsabilidad estaba contemplada desde tiempo
atrás. El desgaste propiciado por el protagonismo y el autoritarismo de
diputados –y diputadas– que hubieran querido una cobertura rígidamente
oficialista de las actividades parlamentarias, permitía prever el final de esa
gestión. Él exigió que antes de su salida se realizase una auditoría para dejar
constancia de la transparencia con que manejó los recursos a su disposición.
… Hombre de una
cortesía tan atildada que su apellido suele resultar redundante, Virgilio
Caballero ha tenido presencia muy notable en Canal Once, en sistemas de
radiodifusión estatales como los de Sonora y Quintana Roo, en oficinas de
comunicación, en diarios y revistas. Es un periodista comprometido con su
trabajo, con su público y con una comunicación al servicio de la sociedad. Esa
perseverancia le ha merecido el aprecio de numerosos colegas suyos. Ese respeto
crece gracias a su conducta al frente del Canal del Congreso.
El aguerrido
periodista recuerda a siete años de su salida del Canal del Congreso:
La
veo como una experiencia hermosa y muy fuerte. No solamente la posibilidad de
crear un medio nuevo, distinto y necesario para el desarrollo político del país
sino también lo que implicó de creatividad y lucha y también una experiencia
terrible, tremenda. Me tocó conocer a un Felipe Calderón despótico y a una
Beatriz Paredes igual de despótica y tiránica.
Ambos trataron de censurar el canal en toda su
existencia. Era una lucha cotidiana. Ambos congelaron durante años el
reglamento interno del Canal del Congreso que en 2001 había aprobado por
unanimidad el Senado de la República. Lo hicieron para que no hubiera
reglamento interno y que ellos pudieran intervenir en el manejo del canal. Yo
no se los permití nunca. Paredes se levantó un día a las 6 am de un 31 de
diciembre a decir que me había despedido del Canal.
Ya siendo
Alcalde de la ciudad de México, Marcelo Ebrard invita a Virgilio Caballero a
crear un canal que el político consideraba “indispensable” para la Ciudad. Es
así como se crea el canal 21. La idea nuevamente se va formando en la cabeza
del periodista muy experimentado en éstas lides. Don Virgilio cuenta: “conseguí
a nombre de la ciudad, como coordinador de la comisión creadora del canal 21, conseguí
ante la Comisión Federal de Telecomunicaciones una frecuencia para la ciudad de
México”, y pronto explica las peripecias: “era la parte mas dura y más difícil
que se tenía que hacer. La Cofetel, Televisa y TvAzteca no dejan entrar a nadie
al espectro radioeléctrico, no han dejado entrar a Slim que es un hombre
poderosísimo. No dejan entrar a nadie. Pero cuando el Estado pretende obtener
una frecuencia, como fue el caso de la Ciudad de México, también se cierra”. Y
con soltura narra:
A
mí me costó año y medio conseguir una frecuencia. Presenté cinco proyectos de
investigación del espectro a partir de formulaciones científicas apoyadas en
las investigaciones de los ingenieros que me acompañaron en ésta tarea. Cinco
proyectos en los que me decían con la mano en la cintura que no. A la Cofetel
no le interesaba pero después de año y medio de insistir nos dieron la
frecuencia
Una vez que
obtuvieron la frecuencia, Virgilio Caballero se encargó de organizar la
estructura del canal “de la A a la Z”, explica, “todo lo que tiene que ver con
un canal de comunicación: aspectos técnicos, tecnológicos, de organización del
trabajo, la programación, el contenido, la producción, administración, aspectos
jurídicos, todo estaba listo”. Al mismo tiempo que la Cofetel les asignó una
frecuencia, también les otorgaron una frecuencia digital, el maestro de la UAM
recuerda:
Acudí
al Politécnico, al CINVESTAV (Centro de Investigación y Estudios Avanzados)
para que nos diseñaran el prototipo de un decodificador para poderlo regalar a
la gente y que pudiesen ver el canal 21. Ahora, los canales públicos tienen
derecho, de acuerdo con la Ley Federal de Telecomunicaciones, a formar parte de
la programación de los canales de cable y por lo tanto ingresar de inmediato a
esa programación.
Todo listo. Pero
el canal nunca fue puesto “al aire”. El gobierno de Marcelo Ebrard no explicó
nada. El proyecto esta abandonado por la actual administración de Mancera. Al
respecto el periodista aclara: “No echaron a andar Capital 21. No ha habido
explicación oficial, ni al público o contribuyentes de la Ciudad de México ni a
mí. No se porque se guardaron el canal y no lo sacaron al aire”, concluye.
Periodistas: devoto y adversario
¿Quién fue Carlos Denegri?
Denegri era un
destacado corrupto, pero casi todos eran corruptos en esa época.
¿Por qué es importante rescatar la figura de Manuel Buendía?
Es el más grande
periodista de la segunda mitad del siglo XX, sin la menor duda. Periodista de
Investigación. Él decía, que antes que nada el periodista es un investigador
social, así se veía él que no había terminado una carrera universitaria, antes
que nada es un investigador por eso su trabajo era revelador de una realidad
que se ha procurado siempre esconder, la de los dominadores, abusivos, tiranos.
De
los que entregan el país al extranjero a través de la CIA, el FBI. Buendía se
encargó de denunciar esto con nombres y apellidos. Documentaba todo. De
caciques sindicales, de empresarios voraces, de la ultraderecha. Manuel reveló
los nombres de todos, de los agentes de la CIA hasta en tres ocasiones. Uno
leía la columna de Manuel Buendía cada mañana y te estremecías, te entusiasmaba
y te daba terror.
Me da la impresión de que lo conoció…
Tuve el
privilegio de ser su amigo. Fuimos amigos muy cercanos. Lo invite a trabajar
conmigo en el canal once cuando era director de noticieros, en el programa
dominical Del Hecho al dicho, que fue
el primer programa de análisis político que hubo en el país. Invite a Manuel a
que hiciera un comentario semanal. Se resistió como pocos, “no, no insista
Virgilio –nos hablábamos de usted-”. Nos queríamos mucho. “No insista, yo soy
periodista de periódicos, no de televisión”.
La huella de Buendía en el
periodismo mexicano es profunda. Va a seguir siendo fuente de inspiración para
muchos jóvenes, por ejemplo, la Fundación Manuel Buendía ha formado a muchos
jóvenes y los conductores de la Fundación y de la revista no conocieron a
Buendía, se enteraron de él ya muerto y han hecho una tarea extraordinaria para
hacer valer los principios periodísticos a los que sirvió Manuel.
Usted hizo el documental sobre Miguel Ángel Granados
Chapa. Me parece que el personaje lo ameritaba pero me quede con la impresión
de que el documental se hacía por la situación por la que atravesaba Granados
Chapa, de que era coyuntural.
Lo estábamos haciendo
con él en vida, murió cuando lo estábamos terminando. Incluso no íbamos empezar
con él. La serie empezaba con un documental sobre Manuel Buendía, preparábamos
los dos simultáneamente. No pudimos acabar el de Manuel, el proyecto se cayó.
Se echó para atrás el Canal Once. Se iba a hacer una serie: Manuel Buendía,
Julio Scherer, Miguel Ángel Granados Chapa, y otros.
¿Por qué rescatar la figura periodística de Granados
Chapa?
Son hombres
ejemplares, Manuel y Miguel. En todo sentido. Su periodismo extraordinario de
servicio al país, a la sociedad esta fincado en valores éticos muy fuertes que
tiene que ver incluso con el comportamiento cotidiano. Son ejemplares por su
congruencia entre su comportamiento profesional y sus ideales. En su ética
profesional y su vida cotidiana.
Me
toco compartir con él la amistad de Buendía, los dos éramos más jóvenes que
Manuel, de hecho los tres anduvimos juntos en tareas profesionales, un tiempo
Manuel y yo y luego se sumo Miguel Ángel.
Con
Miguel hicimos un programa en Radio Formula, Encuentros, ocho años duramos. Miguel hacía un gran esfuerzo,
estaba muy enfermo de cáncer y él hacia un gran esfuerzo por asistir al
programa, el programa era televisado pero el público nunca se dio cuenta.
Cuando la cámara descansaba entre comerciales, Miguel cerraba los ojos para
descansar. Le dije: Miguel Ángel, ¿Por qué no descansas antes de venir al
programa? o si de plano te cuesta mucho esfuerzo ya no lo hagamos. Me volteo a
ver y me dijo: Yo manejo así, me duermo en los altos y sé exactamente cuando va
a cambiar del rojo al verde y entonces continúo mi camino.
Era
parte de una conciencia personal llevar incluso hasta el manejo de su propio
organismo en situaciones extremas. La aportación que ambos hicieron al
periodismo es imborrable.
¿Por qué hay que rescatar la figura periodística de
Jacobo Zabludowsky?
Hay que
rescatarla. Jacobo Zabludowsky es en sentido exactamente contrario a la
trayectoria de Manuel o Miguel Ángel. Jacobo funcionó durante dos décadas y
media como policía del régimen. Él proclamaba, y decidía en la televisión –por
órdenes del poder- que protesta era condenable a ser apaleada en las calles por
los granaderos. Él decidía, por ejemplo: Cómo presentar la protesta, cómo
mostrar la agresión de los granaderos, cómo justificar la agresión y, cuando
los había, como esconder a los muertos. Fue una labor indigna. No le podemos
llamar periodista a quien la ejerció.
Ahora
la memoria le falla a muchos. Parte del periodismo de noticitis (sic) y de ser vocero
del poder como una razón fundamental de la dominación de la gente es cultivar
la desmemoria. El periodismo mexicano no tiene memoria. Si los que están
obligados a cultivar la memoria no lo hacen mucho menos los públicos que tiene
el oficio de sobrevivir.
¿Qué le enseña a usted a sus alumnos y qué espera de
ellos?
Espero que mis
alumnos aprendan a ser honestos, sobretodo honestos, es fundamental porque
tiene que ver con la congruencia, las ideas, el respeto y reconocimiento al
otro, y el otro se convierte en la sociedad.
Los
jóvenes, ahí esta la apuesta, hace poco vimos a los muchachos, miles de ellos,
protestando en las calles y pidiendo la democratización de los medios como la razón
principal de su lucha. Ver en las calles a los chamacos gritando contra
Televisa, el control de los medios e imponer a candidatos y crear figuras
políticas, ha sido verdaderamente motivador, esa lucha que empezamos hace
varias décadas periodistas e investigadores, entro en los oídos de los jóvenes.
En esos muchachos uno se puede ver.
*Fotografías tomadas por Abraham Gorostieta
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