José Gordon, su apuesta por el periodismo cultural.
Abraham
Gorostieta
José Gordon
puede ser descrito en una frase: No es cínico, por lo tanto, es un buen
periodista. Generoso en su tiempo, brinda a quien le busca una charla, un
consejo, su amistad. Sus colegas se deshacen en halagos a él y a su trabajo:
“es un hombre leal, generoso, negado a los odios gratuitos o a fáciles
aversiones, es un hombre de ciencia”, dicen unos y otros al ser consultados. Pepe, como lo conocen todos, es un periodista
cultural y un difundidor de la ciencia. Nunca ha usado el periodismo para
destruir sino lo contrario.
Como
lo hacen los ingenieros, don Pepe construye puentes humanos y así conocemos a
personas sensibles, talentosas y cultas. En su haber, ha escrito notas,
reseñas, entrevistas, reportajes con el objeto de promover obras valiosas y
gente interesante. El amor por los grandes maestros y los científicos es un
sello en su obra periodística.
La
cultura –dijo Fernando Benítez- le puso casa al periodismo mexicano y ahora
vive como arrimada. La frase es demoledora y cierta. Pero Pepe Gordon no se
deja vencer, crea el proyecto de Imaginantes
y logra un festín sobre la ciencia, la cultura, la imaginación. En canal 22 sus
participaciones son chispeantes, salpicadas de citas sobre grandes hombres. Sus
entrevistas, publicadas en la Revista de
la Universidad, son referentes y lectura obligada para cualquiera que
quiera estar enterado del acontecer literario, científico o de las artes en
México. Su programa, La oveja eléctrica,
ha sido recientemente galardonado con El Premio Nacional de Periodismo.
El
periodista nos cita en un lugar que le es familiar y en donde, al parecer,
siempre concede entrevistas: la librería del Fondo de Cultura Económica,
Rosario Castellanos.
El pupilo
Nace en la
Ciudad de México en 1953, en pleno gobierno de Ruiz Cortinez y su “moralización
implacable”. Sus padres llegan a México justo en los años del gobierno de
Lázaro Cárdenas. El periodista recuerda: “Mi madre era una mujer de origen
polaco-judío al igual que mi padre. Ellos, como migrantes, llegan a vivir antes
de la Segunda Guerra Mundial a México. Estoy marcado por la idea de lo que
quiere decir que una cultura te acoja con gracia y con los brazos abiertos”.
Su
padre don Salomón Gordon, de oficio mueblero se traslada con su familia a
Veracruz. Don pepe extrae de sus recuerdos: “Mi infancia también la marcan los
libros. Tuve la ventaja de que mi madre, Sarita, era una muy buena lectora y
entonces los libros caían libremente a mis manos. También cierta alegría que le
pertenece mucho a la cultura de Veracruz y de Córdoba singularmente. Es una
alegría, una sonrisa ante la vida que me define el rumbo de lo que puede ser la
vida. Mi infancia esta marcada por esa alegría fundamental”.
Era
un México muy singular, Salvador Novo recién inauguraba su Teatro Capilla, que
además de presentar obras fantásticas agasajaba a sus invitados con los
platillos que el mismo preparaba. El Chachachá dejaba atrás el mambo del
alemanismo, teniendo a la Orquesta Aragón y a la Orquesta América y el
trompetista Enrique Jorrín como sus mejores exponentes. La “moralidad” era
discurso de todos los días y se reprimía a quien intentase “violentar las
funciones tradicionales de los sexos”: las mujeres, a la iglesia, la cocina y
los niños. Y había un aire aspiracional de todos por pertenecer a la “alta” –como
llamaba a la clase con poder monetario de sobra, don Gabriel Vargas, que
editaba Pepín y La Familia Burrón en los diarios del Coronel García Valseca-.
México y sus costumbres, en especial la Ciudad, eran retratados con ingenio y
fidelidad. La ilusión viaja en tranvía
es prueba de ello. Buñuel estrenaba Ensayo
de un crimen con Miroslava como protagonista.
El
maestro Usigli se consolidaba como el gran dramaturgo de la época y el FCE
publicaba El llano en llamas de Juan
Rulfo. Arreola era el maestro y el editor, publicada ya su obra Confabulario, publicaba por primera vez
textos de Cortázar en su colección Los
presentes. Fuentes debutaba con Los
días enmascarados y don Octavio Paz publicaba La estación violenta, que incluía el poema Piedra de Sol, una de sus más grandes obras. Así, Paz, Arreola y
Fuentes, más otros jóvenes entusiastas, al final de la década de los 50 se
instaló en el periódico Novedades,
formó el suplemento cultural bajo el ojo y dirección de Fernando Benítez, y se
autoproclamo Vanguardia Artística y Cultural Heredera de Alfonso Reyes y Los
Contemporáneos –antiguos rivales-. Era el México de la infancia del niño
Gordon, que al encender la radio, escuchaba las voces del chileno Lucho Gatica
o los boleros de Álvaro Carrillo, Los tres ases, Los tecolines o Los tres
caballeros, música de alta melodiosidad, versos claros y fuerte romanticismo.
Don Pepe recuerda:
Para
mi la infancia queda definida por grandes maestros catalanes que marcaron mi
memoria en Córdoba, Veracruz. Con una sed de conocimiento y por un
enamoramiento por México, con una imaginación y una creatividad en la educación
que me abrió los ojos a posibilidades muy amplias.
Su mirada se
pierde en el tiempo, sus ojos claros vuelven al pasado:
En
este sentido, el modelo que me plantearon mis maestros catalanes es de cómo
desde diversas culturas podíamos tener intercambios importantes para agradecer
la buena recepción, la acogida en tierras que no estaban invadidas por la
violencia como lo era México. Sobretodo la correspondencia que se tenía que dar
entre este país y nosotros.
Yo
vi a mis maestros catalanes profundamente enamorados de México. Era la familia
Barquez, que fue fundadora de varios Colegios Cervantes en el país. En Córdoba,
ellos crearon el Colegio Cervantes así que crecí en un entorno secular marcado
por maestros que sabían reconocer la importancia de otras culturas.
Hundido en sus
recuerdos, el periodista explora, encuentra, trae y comparte su niñez y la
aventura del conocimiento: “Recuerdo claramente en los sesenta a mi maestro
Antonio Barquez, que tenía una gran creatividad y los viernes hacia una especie
de cine chiquito y eso a nosotros nos llenaba de entusiasmo. Entonces nos
enseñaba las transparencias que él tomaba de piezas de las culturas
prehispánicas que investigaba y exploraba en distintas regiones cercanas”. Se
detiene, se mira de niño en su pasado, se le ilumina el rostro:
El
amor con que nos describía los símbolos y figuras de las piezas y su
significado dentro de su propia cultura me hizo ver que el amor verdadero por
un país podía pasar por diferentes culturas: por la de mis padres
polacos-judíos; por la de mis maestros catalanes, por la de la cultura del
exilio y esta idea de que hay vasos comunicantes entre distintas, diferentes y
diversas culturas.
El estudiante.
“La educación en
mi fue clave. Apuntó a diversos lados”, confiesa. Ya en la Ciudad de México,
hizo sus estudios dónde curso la carrera de Comunicación en la Iberoamericana.
Se detiene un segundo en su charla y voltea a ver al que pregunta: “Lo que
agradezco en mi vida es haber tenido buenos maestros. En la universidad tuve
muy buenos maestros que de nuevo me abrieron los ojos. No puedo dejar de
reconocer a dos de ellos: Francisco Prieto y Froylán López Narvaéz”, y al decir
esto, de nuevo la sonrisa en los labios. Enfático abunda:
Lo
primero que me enseño Froylán es que la comunicación es afectar. Tocar al otro.
Ser tocado por el otro. Es una definición muy básica pero que hasta la fecha
sigue definiendo mi trabajo. En lo que yo hago en términos de escritura, en la
televisión. Siempre, para mí, esta presente esa idea de encontrar el espacio
donde nos tocamos, nos encontramos. Eso también tiene que ver con la idea
germinal en la educación con la que me puso en contacto mi maestro Francisco
Prieto.
Memorioso, don
Pepe nos refiere al gran pensador Martin Buber y su maravilloso libro Yo:tú. Pronto explica: Buber nos dice
que los seres vivos tenemos dos formas de comunicarnos: la relación Yo:Ello que
es en dónde estas hablando con las cosas y la relación Yo:tú que es dónde estás
tocando al otro y el otro te esta tocando y no sabes donde termina tu mirada y
donde empieza la del otro. Se detiene un instante con una voz suave dice: “Me
acuerdo de esto con una frase de mi amiga Sabina Berman que dice: Mirando tus
ojos que miran mis ojos que miran tus ojos mirar. Es decir, no sabes dónde
termina ya ese momento en donde estás integrado con el otro”. Vuelve a su
pensamiento, mira sin ver y nos deja ver a través de sus palabras:
Son
momentos privilegiados de la comunicación y mi vida gira en ver, investigar
como se genera ese punto de encuentro y comunicación y ver sí en momentos
determinados tenemos la gracia, la inteligencia, la belleza y la imaginación para
poner en juego ese punto de encuentro que se llama Yo: tú.
En sus años
universitarios realizó una investigación sobre la comunicación en México,
“precisamente tratando de marcar cuales eran los diferentes juegos de
comunicación que se daban entre los grupos de poder”. Eso lo llevo a realizar
reportajes para la revista Claudia
que dirigía Vicente Leñero. También, al limón realizó una revista bancaria con
Ignacio Solares, “que tenía un ingrediente de literatura y de plumas diversas
en donde entrabamos en la cultura organizacional pero que las anécdotas de los
trabajadores se contaran en términos de fotonovelas en una página armada con un
sentido lúdico para hablarnos de sus experiencias yendo siempre más allá del
lugar común de lo que se trataba el juego”, extrae de sus recuerdos. Y
sentencia: “Para tocar a otro tienes que ser curioso”.
El periodista
“Periodismo es
afectar a través de las noticias con las que nos comunicamos y sabemos de
nuestra realidad y nuestro entorno y por supuesto, tienen el prerrequisito de
ser actuales, que tiene que seguir las reglas de las básicas preguntas que
siempre nos hacemos en torno a cualquier hecho y sobretodo destacar lo que
profundamente se vuelve relevante. Lo interesante es que hay distintos tipos de
periodismo”, define y sintetiza don Pepe.
Se
llega a creer con mucha facilidad que las secciones, suplementos y noticieros
culturales son una especie de regocijo. Le llaman incluso como “la parte
amable” del periodismo. Se llega a
pensar que es un trabajo “fácil y sin broncas”. Es muy equivocado el pensar
así. El periodista, apasionado de su quehacer sostiene:
Un
periodismo esta especializado en tocar noticias del alma, que es el periodismo
cultural. Entonces la noticia es un
libro, una novela, un gesto, un movimiento de una danza, un pasaje musical que
te lleva a otro lado. ¿Cómo comunicar estas noticias? Porque el hecho lo puedes
fechar, decir: ocurrió en este momento, apareció este libro. Lo interesante es,
a final de cuentas, encontrar a través del diálogo, de la entrevista, los
elementos que nos hacen ver que eso repercute más allá del día que fue fechada
y en ese sentido el periodismo cultural tiene una inmensa ventaja, pues si está
bien hecho y además responde a las preguntas del periodismo pero también a las
del tema que está cubriendo entonces resulta que se convierte en un periodismo
que responde las expresiones artísticas con expresiones artísticas, que
responde a la imaginación con imaginación que se está generando desde el otro
lado y para encontrar el diálogo con un novelista realmente lo que se da es el
arte de la entrevista en donde se ponen en contacto dos pensamientos, dos
inteligencias, dos sensibilidades y se explora a veces en términos artísticos algo
que se va revelando sobre la obra que nos habla de lo que esta ocurriendo
dentro de un tiempo.
En su tono suave
y pausado al hablar don José recuerda a su viejo maestro y sus enseñanzas: “Esto
me lo enseño mi maestro Francisco Prieto. Me dijo que había tres cosas básicas
de conocer lo que ocurría en una sociedad: uno, a través de la economía; tu
lees de que se trata el PIB de una nación o una cultura, cuales son los
productos que industrialmente genera una determinada sociedad, esto te da una
cierta idea de una cultura. Dos, si quieres penetrar un poco más profundo está
la sociología que te plantea las relaciones de poder entre diferentes grupos y
esto te lleva a otra capa para entender como funciona esta sociedad. Tres, pero
si de veras quieres tocar en forma más poderosa de lo que se trata una cultura
están sus novelas, su arte, sus obras. Porque la literatura captura las
texturas, las respiraciones, los colores, los movimientos, las sensibilidades y
los sentimientos que se respiran en una determinada sociedad, sus palabras, su
lenguaje, su ritmo. Entonces no hay nada como la literatura y el arte para
entender profundamente una sociedad y ver y saber de que se trata su pulsación”.
El
periodista habla con sus manos, las junta, las mueve, las lleva, mueve sus
dedos como si estuviera frente a un piano, sus manos, parece, cobran vida
propia. Nuevamente retoma la palabra y continúa:
El
periodismo cultural que tiene como tema precisamente el encontrarse con éstas
expresiones de arte, toca ciertas zonas de lo que esta ocurriendo en una
sociedad que el periodismo en sus ocho columnas de primera plana no publica y
por eso no es extraño ver que hay grandes periódicos que tienen a escritores de
gran calidad en sus páginas editoriales o haciendo ciertos reportajes
investigados como es el caso de Juan José Millas en El País en dónde para revelarnos lo que verdaderamente ocurre en el
juego del poder, a veces, la herramienta de un novelista que se acerca a
contarnos una historia o realiza una entrevista con un hombre de poder se
vuelve más reveladora porque realmente está tomando los instrumentos de la
literatura para ver que es lo que está más allá de la superficie.
Hábleme sobre el
género de la entrevista, se le pide al periodista cultural. Nuevamente juntas
sus manos y explica: “Una entrevista es una entre-visión y entre visión es
“ver” a través de los datos que están visibles, empezar a asomarse a las zonas
secretas, que es lo que suele hacer el buen arte, el buen periodista cultural
en una entrevista penetra al personaje en sus dimensiones más intimas y
complejas”. En la librería del FCE, le conocen, lo saludan con afecto: Caramba
don Pepe –le dice un señor al verlo sentado dando esta entrevista-, muchas
gracias por su trabajo, yo nunca me pierdo la programación del 22 y del 11. El
hombre extiende la mano y la estrecha con la del periodista. Parecieran amigos
de hace años que se reencuentran. El periodista agradece, intercambia un par de
ideas y después sigue charlando, retoma la idea y define: “Un buen periodista
tiene que aprender a ver y leer entrelíneas y hacer eso visible, aprender a
hacer visibles los gestos, los trazos, los movimientos y eso es un gran reto”,
dice el autor de Tocar lo invisible.
Para
el periodista Víctor Roura, los suplementos culturales nacieron en 1949 y deben
su inicio a Fernando Benítez[1], “Él
empieza a dar un orden al mundillo del arte con la primera gaceta cultural en
1949; es cuando los grandes nombres comienzan a surgir, nombres que por
supuesto van saliendo (y no podría ser de otra forma) de las camarillas que
circulan en torno a los grupos que fundan éstas publicaciones”, explica Roura.
Para el historiador, Héctor Aguilar Camín, Benítez, “es el personaje menos
recordado y de mayor influencia de la vida cultural mexicana, o del periodismo
cultural mexicano de la segunda mitad del siglo XX”[2].
“Uno de los periodos mejor
estudiados, o cuando menos más conocidos, de la prensa cultural mexicana es el
que tiene a Fernando Benítez como protagonista. No es necesario decir que él es
el padre de los suplementos culturales en México”[3],
sostiene periodista José Luis Martínez, editor del suplemento Laberinto de Milenio diario. Entonces don Fernando Benítez es “el padre, la
piedra angular, el personaje”. Pepe Gordon añade:
Fernando
Benítez. Indiscutiblemente un referente de la cultura de los suplementos, de la
idea de congregar inteligencias y de abrir las miradas en la pluralidad, es un
gran inventor de las posibilidades que es el periodismo cultural. Una parte que
me parece medular es la de congregar inteligencias diversas ¿Cómo podemos
escapar de nuestro destino? A dónde no me da mi mirada me da tú mirada, pero si
tu me prestas tu mirada entonces me abriste mis ojos y eso es tocarnos. De otra
manera somos monólogos inéditos, como diría José Gorostiza.
El también autor
de El libro del destino, abunda en su
explicación: “Si yo tengo otra mirada que en mi destino, mi historia, mi
personaje, entra y me permite tocar la pluralidad, ocurre algo maravilloso que
tiene que ver con las neuronas espejo. Las neuronas de la empatía. Resulta que
se han descubierto neuronas espejo, en 1996, en la Universidad de Parma,
Giacomo Rizzolatti va haciendo un experimento sobre las neuronas motoras que
impulsan el cerebro para hacer movimientos y tomar, por ejemplo, un cacahuate,
en eso consistía el experimento. Le pusieron a unos simios cacahuates y los
monitoreaban con encefalogramas su actividad cerebral y cuando un mono tomaba
un cacahuate se encendía una neurona y sabías que era una neurona motora
responsable del movimiento de la mano. Un día, al investigador se le antojaron
unos manís y comenzó a comérselos y uno de los monos al verlo, lo imitó y en
ese momento, se encendieron las neuronas de la empatía. Éstas neuronas tal vez
son las responsables de que cuando leemos ese libro, ese reportaje, esa
entrevista, se haga más interesante, importante y apasiónate, se haga nuestro.
Esto es, dialogamos con el otro y entramos en su mirada”.
Hace una pausa, regresamos a lo
mismo –dice-, todo esta en los maestros. Para él, el periodismo cultural radica
en una sólida formación, sólo así se puede lograr un periodismo más creativo e
imaginativo.
El
periodismo cultural se debe de formar con una enseñanza de buenos maestros.
Nada sustituye a los buenos maestros, por las neuronas espejos a veces se
aprende tanto de lo que se dice como la forma de mirar. Nos dan mapas, nos
ahorran caminos. El otro es la curiosidad, que despierta nuestra capacidad de
asombro. De querer estar al día. A sumirnos en la biblioteca universal, que es
internet, y eso nos pone el desafío de aprender a discernir.
Canal 22
El 23 de marzo
de 1992, el presidente Carlos Salinas echó a andar el Canal 22 de televisión.
Un mes antes difundía las imágenes del controvertido Coloquio de Invierno. El
escritor y ensayista, José María Pérez Gay, miembro del consejo editorial de la
revista Nexos fue designado como
director general.
El
entonces mandatario, Salinas de Gortari, encargo al director: “el canal 22
deberá ser el pilar de la primera red cultural nacional en dos sentidos:
primero, logrando que sus transmisiones tengan mayor cobertura dentro del
territorio nacional y, segundo, difundiendo los materiales de calidad que se
produzcan también en las diferentes regiones de nuestro país, constituirse en
una opción cultural plural que responda a una sociedad cada día más
participativa. En este sentido, habrá de proveer en voz e imagen a nuevas y
creativas propuestas culturales y promover la participación de colectivos
sociales que tradicionalmente no han tenido acceso a los medios masivos y por
encima de todo, garantizar plenamente la libertad de expresión y de creación
artística”[4].
En
ese entonces, don José María era director de la revista Intermedios de la Dirección General de Radio y Televisión, había
estudiado Ciencias y Técnicas de la Comunicación en la Universidad
Iberoamericana pero su experiencia radicaba dentro de los campos de la
literatura y la diplomacia. La creación del canal 22, explicó décadas después
el propio doctor Pérez Gay: “es por un desplegado firmado por 800
intelectuales, académicos, profesores, miembros de universidades, que le pedían
al entonces presidente Carlos Salinas no vendiese el canal 22, y lo convirtiera
en un canal cultural. Los responsables de este desplegado fueron Carlos
Monsiváis y Héctor Aguilar Camín, tres meses después se sumaron 1200 firmas[5]”. En
entrevista, el ensayista explica: “Cuando el presidente Salinas me nombra
(había desde luego una terna), dude mucho en aceptar porque no sabía nada de
televisión, soy un escritor de profesión y francamente no sabía que hacer con
un canal; pero un canal cultural me llamaba la atención”[6].
Don
José Gordon desde sus inicios trabaja en Canal 22 como conductor del noticiario
cultural 9:30. Nuevamente, viaja a
sus recuerdos y narra:
A
canal 22 me invita Guadalupe Alonso. José María Pérez Gay me plantea que tuviéramos
comunicadores y no simple y sencillamente lectores de noticias y que no se
tratara de un juego superficial sino que cuando miraras a las personas que
miraban el canal te dieras cuenta de que había un mundo relacionado con la
literatura, con la cultura y que ese mundo tenía que ser comunicado no por
personas con un bonito rostro sino que hubiera una complicidad de miradas e
inteligencias.
El noticiero cultural
lo realizó durante ocho años junto con la periodista y escritora Miryam
Moscona. El canal apenas comenzaba y pronto tuvieron que hacer uso del recurso
que estaba a sus manos: la imaginación y la creatividad. Don Pepe, novelista,
autor de El novelista miope y la poeta hindú, así como de Revelado instantáneo, que escribió junto
con Guadalupe Alonso y también escribió La
oveja eléctrica y la memoria del universo, libro para niños en coautoría con Micro, Ricardo García, explica:
La
creatividad es básica, me interesa saber de dónde viene la creatividad y esto
para mi se relaciona con la experiencia del silencio. Desde hace más de treinta
años por las mañanas y por las tardes me tomó 20 minutos de mi tiempo para el
descanso, para el silencio. Hago meditación trascendental y desde ese silencio
al abrir los ojos, mi mente está abierta, más fresca y despierta para
entrelazar ideas, para conectar mundos. Es una técnica que utilizó para
descansar. Relaja el cuerpo. Elimina el estrés pero lo más interesante es que
lo que estás tocando es una zona de ti mismo que esta relacionada con el
silencio porque nos conocemos en las faces de acción pero no nos conocemos en
las fases del silencio. Entonces es un silencio vivo, un silencio despierto que
no te duerme. Estás despierto en profunda alerta pero en un estado de mínima
excitación de la percepción. Y lo que
ocurre es que cuando tocas esa experiencia del silencio entonces puedes atrapar
ideas más poderosas, más inteligentes, más creativas, porque el problema es que
a veces, cuando estamos viendo lo que vivimos, repetida y obsesivamente pasamos
por los mismos caminos, por los mismos canales. El silencio es como una especie
de cruce de caminos en donde desde el cruce de caminos entonces de repente
puedes voltear y decir he estado tomando esta dirección pero también puedo
tomar esta otra dirección y eso abre perfectamente las puertas de la
creatividad para conectar diversos mundos.
El también
creador y conductor del suplemento literario Luz Verde en ese mismo canal, cuyo trabajo fue calificado como
“dignificante de los programas culturales de la televisión” por el escritor
Augusto Monterroso, abunda: “Por eso me interesa la ciencia, la literatura, la
imaginación. En mi confluyen varios mundos. Justamente porque trato de darme la
oportunidad de salir de los canales marcados, de los carriles en los que
siempre estás. Después cuando abres lo ojos, te enfrentas a las cosas con una
mente más viva y despierta. Octavio Paz lo definía muy bien con unos versos
maravillosos en Libertad bajo palabra. Ahí hay un poema que se llama Olvido:
Cierra los ojos y a oscuras piérdete bajo el follaje rojo de tus parpados. Ya
de entrada esa imagen es maravillosa porque nos invita a darnos cuenta que
dentro de nosotros tenemos un follaje y si no lo vemos es porque estamos
volcados a tanta actividad pero simple y sencillamente el hecho de cerrar los
ojos, si tienes un poquito de percepción y sensibilidad, te das cuenta que
siempre está ahí el follaje rojo”.
Para
el difundidor de la ciencia el periodismo cultural es un trabajo que necesita
de mucha imaginación:
El
problema es como contar historias que resulten interesantes, atractivas; que no
tengas otra opción mas que decir: “tengo que pasar por las páginas culturales
porque verdaderamente se vuelven un espejo en dónde me puedo ver, leer, y
entender”. Pienso que hay un problema por un lado que tiene que ver con límites
y prejuicios que nos hacen pensar que esas áreas de la vida que están
reflejadas en el periodismo cultural no son importantes, son de ornato, un
tabloidito que es de adorno. Pero cuando te das cuenta de que la cultura tiene
que ver precisamente con leerte, entenderte y entender lo que te rodea, tal
vez, por aquí, por allá modificar algunos elementos con los que nos rodeamos en
nuestra vida cotidiana, me parece que la cultura se vuelve imprescindible y el
problema para nosotros es un problema de comunicación. De cómo decir y explicar
que ese mundo que se revela en una novela es importante para lo que “tú” vas a
vivir en tu casa, en tu entorno, en tu sociedad. Y esto es muy difícil de imaginar
porque de alguna manera, estamos hablando del efecto mariposa pues en la
literatura, el arte, el periodismo una pequeña fluctuación de un pensamiento
puede desatar un atisbo de belleza, creatividad e inteligencia.
El Canal 22 a través de los años ha logrado establecer
una autentica estructura discursiva propia, con producciones propias y una
programación enfocada en la difusión de todas las artes, el Canal 22, en su
corta vida, ha sido galardonado con el
premio Camera, que otorga trianualmente la UNESCO a los mejores
exponentes mundiales de la televisión cultural. Mantenerse en este nivel, ha
sido el reto. Don Pepe acepta. “Lo que tenemos que plantearnos es que el
periodismo cultural no esta tocando, no esta logrando el yo:tu para que
verdaderamente nos emocione, nos atraiga. Necesitamos –nosotros ‘medios de
comunicación’-, saber contar esas historias y traducir esas inteligencias.
Saber entrevistar con la dignidad con la que se merecen esas mentes y lo que
ocurre es que empiezas a tener un público que es mucho más importante de lo que
te imaginas. Porque como diría José María Pérez Gay ‘las minorías del día de
hoy, tienen efecto en las mayorías del mañana’”, dice y se sonríe para pronto
contar una anécdota:
En
alguna ocasión le pregunte al poeta ruso Yevgueni Yevtushenko que podía hacer
la poesía frente a las grandes tragedias y calamidades que vivimos
cotidianamente. Qué bueno, que exista el arte pero ¿de qué nos sirve si un
fusil es más poderoso? Lo que me dijo fue que en una ocasión lo mandó a llamar
Mijail Gorbachov y por acto reflejo se lleno de temor. Ya estando frente a
Gorbachov hablaron sobre los recitales de poesía que congregaban a 10, 15, 20
mil personas en las plazas de la Unión Soviética. Yevtushenko explicaba que la
poesía permite ver el alma, y permite hacer comunión. Gorbachov le confiesa que
“en uno de esos recitales que usted daba, bueno, yo era uno de los jóvenes que
asistían a escuchar su poesía, y quiero decirle que la Perestroika esta
relacionada con sus poemas porque a mí se me abrió mi percepción, mi alma y mi
conciencia”. Y ahí esta de nuevo, el efecto mariposa, pues uno nunca pensaría
que un muchacho que fue tocado por la poesía desembocaría en un gobernante que
abre un enorme cambio social. Por eso yo tengo un gran respeto por las páginas
culturales de los diarios, de las revistas, aún si son mínimas y así sea que no
tenemos todos los espacios, toda la complejidad y la pluralidad que quisiéramos
ver. Hay aquí y allá momentos muy interesantes en nuestros suplementos
culturales. Y no sabremos donde desembocan pero las historias que contamos
deben de estar bien narradas, si lo que estamos planteando esta bien hecho y
logra tocar al otro, habremos cumplido con nuestro trabajo.
Imaginantes y la creatividad
Imaginantes son capsulas donde Pepe Gordon narra
anécdotas, hace reseñas de distintos libros o diversos autores universales.
Producidas por Fundación Televisa, la serie ganó el premio Promax a los
proyectos más creativos de los medios de comunicación. Esta serie, cargada de
imaginación y creatividad venció a producciones de las casas Discovery Channel
y la BBC de Londres. El periodista nos cuenta: “En el trabajo de Imaginantes tratamos de demostrar el
poder de la imaginación y el proceso creativo de mentes lúcidas. De ver como
capturábamos ese momento invisible pero real en el que se enciende el foco de
la creación de un artista, de un científico, de un cineasta, y divertirnos y
jugar y alegrarnos con la sonrisa de la inteligencia”.
Hace una pausa y narra:
Juan
José Millas tiene una novela maravillosa que se llama Dos mujeres en Praga que
arranca de esta manera: Aparece un aviso de ocasión en un periódico que dice:
Usted pone la vida, nosotros hacemos su novela. Platicando con Juan José me
decía que todos merecemos una novela sobre nuestras vidas y como no las podemos
tener entonces encontramos espejos de diferentes novelas y a veces nos hacen
sentir y ver en que capitulo vamos de nuestras propias vidas. ¿Cuáles son los
obstáculos que estamos temiendo para verdaderamente encontrarnos en la
complejidad de lo que somos, con los conflictos que tenemos, pero también con
una idea de que la vida es más interesante y asombrosa de lo que imaginamos?
Cuando
la literatura, el arte y la cultura se plantea desde este nivel se vuelve
apasionante. Una de las cosas que tenemos que volver a producir en los
suplementos culturales, en las revistas literarias es esa sensación de estar
frente a un gran maestro. Es decir, cuando estás frente a un gran maestro, por
ejemplo, Ernesto de la Peña, frente a una memoria que va conectando diversos
mapas del mundo y que hace que tu digas: “si yo creía que ya lo había entendido
todo fue porque me acomode en una sensación de que la vida es chata, la vida es
gris y es mediocre y que vivimos en la mediocridad y ahí estamos y no tenemos
más horizontes ni más mapas”. Esto pasa con grandes mentes, grandes maestros,
sus clases están llenas de alumnos. En las universidades donde se supone los
jóvenes no están receptivos al conocimiento. Te das cuenta de que ahí hay algo
fascinante en todo lo que ocurre. En donde hay gente que se une entorno a una
de esas grandes inteligencias, lo mismo ocurre en la ciencia, con maestros como
Miguel Alcubierre, Ranulfo Romo, Gerardo Herrera, y lo que estas viendo es que
cuando ellos hablan la gente escucha porque transmiten conocimientos que
ensanchan los límites de nuestra percepción en donde sales enriquecido.
Imaginantes cuenta con un equipo de producción
conformado por jóvenes directores, ilustradores, animadores y sonidistas, con
Manuel Giraldi a la cabeza, con don Pepe como creador de todo y Claudio X.
González apoyando desde la Fundación Televisa.
Crisis cultural
El país vive una
de sus peores crisis. Y los síntomas se ven en todos lados, los diarios, el
periodismo, no escapa. El periodista se torna serio. Hablar de crisis –que no
solo económica- en el periodismo mexicano es un tema que abstrae, un poco, a
don Pepe, quien explica: “Las crisis tienen un ingrediente que esta detrás de
todas ellas que es la falta de imaginación. Tanto en términos sociales,
políticos y de relaciones interpersonales. El problema que subyace, a veces,
detrás de las múltiples crisis que se expresan en estos niveles es la falta de
imaginación. Decía Carlos Fuentes que uno de los grandes problemas es que no
podemos imaginarnos al otro y al no poder imaginarnos al otro estallamos en
crisis. No sabemos verlo en todas sus dimensiones, en todas sus complejidades.
Eso es lo que pasa con nuestro país, con nuestros recursos, con nuestra
imaginación”.
Mira
a su alrededor. Junta sus manos y prosigue: “Por eso es tan importante la
ciencia, porque es una forma de salir de las crisis. Es una forma de ir más
allá de lo que los sentidos nos atrapan. Sabes, los sentidos nos atrapan de tal
forma que uno ve que el Sol se mueve desde el alba, llega al cenit y se mueve
al ocaso. Se necesita un conocimiento más intelectual, más profundo para darnos
cuenta que el Sol no se mueve, los sentidos –la vista- nos esta mintiendo y lo
que ocurre realmente es que nuestro planeta es el que esta en movimiento y gira
sobre su propio eje y a la vez alrededor del Sol. Esto es un salto descomunal
de inteligencia y de imaginación dónde nos salimos de la caja para darnos
cuenta de que el Sol nunca se ha movido”.
Hay
veces en que el pasaje luce desolador, es posible que la crisis que hay en los
suplementos culturales, no solo de imaginación, sino de poder comunicarse y
encontrar nuevos lectores, haga flaquear el ánimo de los que se dedican al
periodismo cultural. Actualmente, solo tres grandes diarios, de la treintena
que se editan en la ciudad de México cuentan con un suplemento cultural, y cada
año que corre, sus páginas adelgazan. José Gordon encuentra una palabra: “Fe.
Es una palabra hermosa. Es un acto cotidiano”, se acomoda en el sillón y como
si diera una clase, enseña:
Tenemos
fe de que vamos a regresar a casa, tenemos fe en que vamos a encontrar a
nuestros amigos, tenemos fe en que no nos vamos a desparramarnos, tenemos fe en
que existe nuestro cuerpo que obedece leyes físicas, químicas, biológicas. La
fe tiene como base que hay atrás una experiencia, entonces si hay fe en que es
posible un cambio, es porque el cambio de alguna manera ya se ha vivido y de lo
que se trata es de amplificarlo, de jugar con él de diferente manera, más
interesante, de plantear más posibilidades.
En
alguna ocasión mi hijo, en sus años universitarios, me dijo: Papá, mientras más
estudio, más confirmo de que no hay una salida. ¿Cómo movernos en un horizonte
en dónde no hay esperanza y no hay fe de que en el mañana no hay posibilidades? Es un problema muy complejo si
examinamos la violencia, la corrupción, la necedad, la ignorancia que vemos en
nuestros políticos, en nuestro entorno y de repente uno podría decir: No hay
salida. Por esos años había entrevistado al doctor Mario Molina, estábamos
hablando de los cambios climáticos y sobre el efecto mariposa. Una pequeña
fluctuación también podría llevar a una mayor ordenación a un sistema. Esto me
dejó un atisbo de esperanza que luego le dije a mi hijo.
El periodista,
que en ningún momento ha dejado de comunicarse a través de sus gestos y manos;
que ha capturado la atención de algunos paseantes que comenzaron a escuchar
esta charla y que en medio de pilas de libros, ahí están, regados, cercanos,
atentos, escuchando lo que dice don Pepe: “Mario Molina me dijo: cuando vemos
el problema del cambio climático y nos damos cuenta de su dimensión pensamos
que no existe salida, sin embargo, la ciencia se toma el tiempo para
dimensionar las cosas, es decir, se va a acabar el mundo pero mientras se acaba
vamos a ver de que tamaño es el problema. Hubo dos grandes estudios, uno se
realizó en el MIT y otro en Gran Bretaña, y mostraron que con una inversión
equivalente al 2 por ciento de todo el planeta se tendrían todos los recursos
necesarios para revertir los problemas del cambio climático. Es una cantidad
enorme, pero es menor al costo que tienen los huracanes, las sequías, hambrunas
que genera el calentamiento global. Es dimensionar el problema, no es algo que
este fuera de posibilidad de hacer. Ya hay un punto de salida”, el periodista
concluye.
[1]
Víctor Roura, El Financiero, 12 de julio de 2007.
[2]
Héctor Aguilar Camín, un hombre que cultiva su memoria en libros. Revista
Etcétera, abril 2015.
[3]
Apuntes sobre periodismo cultural en México. José Luis Martínez. Revista
Zócalo, diciembre 2010.
[4]
Revista Mexicana de Comunicación. Número 23
[5]
Entrevista a José María Pérez Gay realizada por Huemanzin Rodríguez.
[6]
Idem.